La pluma


« Escribir es una forma de terapia; no sé cómo me las arreglaría sin ella »

Stephen King


Desde fuera parecía la relación ideal. Una mezcla de pasión y ternura que no pasaba nunca de los encuentros improvisadamente calculados.

Pero si escarbabas un poco, no era más que otra relación tóxica de conveniencia. Una farsa que mantenía en perfecto equilibrio el castillo de naipes en que se convierte una vida vivida con miedo.

Él tenía la excusa perfecta para seguir sin pasar a la acción y perpetuar su constante cambio de idea en cuanto la escupía sobre un papel.

Ella seguía engordando su ego con más blanco sobre negro maquillado con la belleza de las palabras que mienten diciendo solo la verdad.

Sí, esos éramos la escritura y yo. Dos amantes que huían del compromiso por miedo a fracasar, mientras agonizaban desangrándose en el charco de su propio fracaso.

Pero todo puede cambiar un martes cualquiera a la hora de merendar. A veces porque tú lo dejas estar, y otras porque sí, sin más.

Biografía de un primo

[EN PROCESO] Libro donde relato, con ayuda de mi gente, mi vida antes de convertirme en Papá Ganso

Scroll al inicio