Solo soy un tipo ordinario intentando hacer cosas extraordinarias.
Y buscando ese ‘extra’ que me falta, un día me dio por pensar que era muy importante diferenciar mis textos del resto. Bueno, siendo honestos, seguramente lo leí en alguno de las decenas de cursos que tengo sin acabar o en los cientos de newsletters a las que estoy o he estado suscrito.
Cierto es que lo importante es el contenido, por eso uno de mis primeros artículos iba sobre copywritting.
Pero en los textos pasa como en el sexo amor; si no te excitan sus curvas, no vas a intercambiar ni una palabra.
O eso es lo que me he dicho a mi mismo para crearme mi propia tipografía.
Helvellico, Anial o Fustiger
Puede que lleven razón todos esos textos que leo donde dicen que hay que copiar a los que tienen éxito y que ya está todo inventado.
Quizás incluso esas ideas han calado en mi más de lo que me gustaría y lo único que estoy haciendo es imitar a Sheldon.
Pero lo bueno de la mente es que te puedes contar las historias que quieras. Y como ya estoy un poco cansado de torturarme con películas deprimentes, he decidido empezar a tirar hacia otro lado.
Por eso prefiero pensar que el uso de tipografías propias será el nuevo hype en el marketing digital, porque yo lo veo como chorrear sirope de personalidad por encima de tu marca personal.
Aunque recuerda que te lo dice un tío que está aquí para divertirse, no para ganarse la vida.
Lo de ponerle un nombre con aires eróticos a la tipografía te lo desaconsejo profundamente… yo es que ahora estoy en una mala época y no puedo pensar en otra cosa.
No abuses de ti mismo
Parece que ya se ha demostrado totalmente que la grafología es una pseudociencia y que no debemos creernos mucho lo que pueda decir sobre nuestra forma de ser nuestro estilo de escritura.
Pero vamos, que al final lo importante de las creencias es que sean útiles, así que no seré yo quien se postule con respecto a esto.
Lo que sí creo es lo que te comentaba antes, que diferenciarte con tu escritura manual puede ser una buena forma de personalizar tu diseño y destacar.
Pero ojo, porque si tu letra es un poco mierder como la mía quizás deberías controlar un poco dónde la usas.
Por suerte, yo tengo a mi desarrollador web que me advirtió que si usaba mi tipografía en todo el texto no me iba a entender ni mi madre. Quizás me faltaron cuadernillos Rubio en mi infancia.
Conclusión, que lo usamos en los títulos y dando gracias.
Calligraphr
Ahora, si todo está funcionando como me imagino en mi cabeza, deberías estar deseando saber cómo he creado mi propia tipografía.
Hay diferentes plataformas disponibles para ello, pero ya sabes que mi prioridad es intentar rentabilizar al máximo el tiempo. Por ello, vi innecesario crear una súper comparativa que quizás te ahorre un par de euros pero te haga perder media hora leyendo.
Consulté algunas y la que más me convenció fue Calligraphr. Tienen incluso una opción gratuita que, de hecho, para mi habría sido suficiente. Yo decidí pagar un mes por aquello de que me gusta valorar el trabajo de la gente… pero eso es otra historia.
Por cierto, que podrás comprobar que el link a la herramienta va sin referenciado porque todavía no tienen programa de afiliación (les escribí un email al respecto). Así es más creíble que la recomiendo simplemente porque es la que yo he usado… que últimamente hay que tener mucho cuidado con las recomendaciones.
Y sí, por supuesto que les hablé de mi «Afiliación honesta de la buena«.