
Afiliación honesta de la buena
Las marcas personales son como los descendientes, si las dejas en las manos inadecuadas te las pueden reventar a la mínima.
Podría (y quizás debería) haberlo llamado blog, pero me pareció necesario el homenaje porque no hay nada que ayude más a volar que una pluma y un chorro de tinta.
No es que escribir me produzca un gran placer, pero es mucho peor si no lo hago.
Las marcas personales son como los descendientes, si las dejas en las manos inadecuadas te las pueden reventar a la mínima.
¿Te imaginas que Google Maps tuviese una opción para calcular rutas accesibles para gente en silla de ruedas?
La probabilidad de que a tu descendiente lo acaben llamando por el nombre que elegiste es tan pequeña como la de que duermas 8 horas al día el resto de tu vida.
O ganamos los dos. O perdemos los 2. Seguimos insistiendo en vivir polarizados y, al final, siempre pierden los mismos. Seamos creativos y rasquemos más allá.
Yo, como buen ambivertido, a veces me recargo solo y otras juntándome con gente que sabe mucho sobre un tema. No es la etiqueta, es conocerse.
Pero no me malinterpretes… a ella te la regalo. Digamos que esto va más de persuadir. Ah bueno, y de escribir.