La paternidad me dio la primera coz mucho antes de hacerse efectiva. Era algo que había decidido conscientemente y con lo que me había puesto incluso pesado. Se convirtió en un objetivo/obsesión y mi cabeza empezó a funcionar dándole alas a la idea de que eso sería lo que tanto ansiaba (y ansío). Lo que daría sentido a la vida. Mi propósito. lo que callaría esa voz en mi cabeza.
Ponle límites al miedo
Pero el tema se consumó y el miedo apareció. Y cuando aparece, o lo extirpas rápido o te inunda por dentro antes de que te des cuenta. No hay mayor virus. Por eso se lleva toda la vida utilizando para controlarnos.
Yo no supe pararle los pies a tiempo. Creo que al contrario, lo fui alimentando con la frustración de mis demonios del pasado y con la idea de no sentirme útil en el trabajo que tenía en ese momento.
La puntilla fue un accidente de coche que tuvo la mamá estando de 4 meses. Resultado, una depresión del quince que derivó en dejar voluntariamente el trabajo.
Y sentirte hecho una mierda cuando encima ves que quien ha perdido su cuerpo por el bien común ha sido tu pareja, no ayuda. Eso te hace sentirte todavía peor como persona y como padre, ¡antes de serlo! Pero la cabeza es así de incontrolable a veces, sobre todo si no haces los deberes mentales antes.
Pide ayuda
Aquí no voy a entrar a analizar en detalle nada al respecto porque no soy psicólogo ni nada que se le pueda parecer. Solo quiero que sepas que, si estás pasando ahora por eso, no eres el único. Y que lo más importante es que pidas ayuda. La que sea. La que te puedas permitir. Pero que no te lo tragues solo.
Por mi parte, si quieres que te cuente más detalles sobre cómo viví yo la depresión durante el embarazo de mi primer descendiente, no dudes en preguntar tanto públicamente en los comentarios (hacerlo visible ayuda) o por correo (si todavía estás en una fase más íntima).

Todo llega, todo pasa, todo cambia.
Infórmate
Si quieres ampliar datos al respecto, este tipo de depresión se denomina depresión perinatal. Te paso algunos enlaces para ahorrarte tiempo de búsqueda:
- Instituto Europeo de Salud Mental Perinatal.
- Babycenter.
- Organización Panamericana de la Salud. Pero que sepas que si tienes tiempo como para leerte este tocho te odiaré un poco.
2 comentarios
Un bravo para las personas valientes. Reconocer nuestras fragilidades nos hace poderosos!
No se si poderosas, pero a mi lo que me ayuda es a mirar al miedo con otros ojos.
Un abrazo.